Tú nos diste la fuerza.
Nos diste la determinación.
Nos diste la unidad contra la adversidad.
Nos enseñaste dónde está el camino.
Hiciste que me diese cuenta de qué es el manquepierda.
Me enseñaste a perder.
Me enseñaste a ganar.
Me enseñaste a distinguir el buen trabajo de la porquería.
Conseguiste que me sintiese orgulloso de una afición.
Conseguiste que ante un equipo chulesco y triunfador, me sintiese orgulloso de mi club, o lo que es lo mismo, su afición, de incalculable valor.
Me ayudaste a distinguir y extrapolar algunas cosas del futbol y de la sociedad, todas ellas conectadas.
Te doy gracias como a mis hermanos, porque eras necesario para una afición dormida, que tarde o temprano tenía que despertar. Por eso, pido que en una caja fuerte de cristal se enseñe por siempre en el Benito Villamarín lo que nunca olvidaré como el trampolín hacia la gloria:

De todo corazón, gracias, Y OJALÁ TE PUDRAS ALLÁ DONDE ACABES.
Nos diste la determinación.
Nos diste la unidad contra la adversidad.
Nos enseñaste dónde está el camino.
Hiciste que me diese cuenta de qué es el manquepierda.
Me enseñaste a perder.
Me enseñaste a ganar.
Me enseñaste a distinguir el buen trabajo de la porquería.
Conseguiste que me sintiese orgulloso de una afición.
Conseguiste que ante un equipo chulesco y triunfador, me sintiese orgulloso de mi club, o lo que es lo mismo, su afición, de incalculable valor.
Me ayudaste a distinguir y extrapolar algunas cosas del futbol y de la sociedad, todas ellas conectadas.
Te doy gracias como a mis hermanos, porque eras necesario para una afición dormida, que tarde o temprano tenía que despertar. Por eso, pido que en una caja fuerte de cristal se enseñe por siempre en el Benito Villamarín lo que nunca olvidaré como el trampolín hacia la gloria:

De todo corazón, gracias, Y OJALÁ TE PUDRAS ALLÁ DONDE ACABES.
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