Pero este es de España ¿no?

Ya bueno pero por no abrir otro post... es al fin y al cabo como ve alguien de fuera que no es del Betis el partido y el ambiente del Villamarín

no se si habréis visto este. Este si es de alguien de fuera de españa, pero lo ve desde ambos lados, aunque más desde el sevilla porque fue el derbi de reyes.

Pues nos pone de vuelta y media, vaya imagen macho.

Hace 84 años, la muerte hirió al 'Príncipe' del Betis: Ignacio Sánchez Mejías

12/08/2018 · Alejandro Delmás

El 11 de agosto de 1934, en Manzanares (Ciudad Real), el toro 'Granadino', negro bragado y bizco del pitón derecho, de la ganadería de Hermanos Ayala -luego, Rafael Bernal; hoy, Hoyo de la Gitana- propinó una gran cornada en el muslo derecho a Ignacio Sánchez Mejías, presidente del Real Betis Balompié entre mayo de 1928 y septiembre de 1929. Con tremenda hemorragia en la femoral de ese muslo, Sánchez Mejías desistió de ser intervenido quirúrgicamente por el doctor local Fidel Cascón en la pequeña enfermería de Manzanares, una casetilla blanca que aún existe -aunque no operativa- y, contra los consejos de los médicos, pidió el traslado (en ambulancia) a Madrid, donde agonizaría durante dos días casi completos (en el Sanatorio del Doctor Crespo), al declararse la gangrena en la herida... y pese a los cuidados del doctor Jacinto Segovia.

Así, Ignacio Sánchez Mejías (6-6-1891/13-8-1934) falleció el 13 de agosto de 1934... y a partir de esa tragedia, Federico García Lorca, FGL, amigo personal de la víctima de 'Granadino'- compuso su famoso 'Llanto', quizá el mejor poema fúnebre en lengua española: "Por las gradas sube Ignacio, con toda su muerte a cuestas..." escribía un FGL que leyó el 'Llanto' por primera vez en el Alcázar de Sevilla -ante amigos comunes como Chaves Nogales, Joaquín Romero Murube, Jorge Guillén, Martínez de León...- unos nueve meses después del mortal percance de Manzanares... casi al mismo tiempo en que el Betis Balompié, 'republicano', sin el título de 'Real' y 'Betis de los vascos'... firmaba su primer y único título de Liga: en Santander, el 28 de abril de 1935, Domingo de Feria de Sevilla.

Antes de que llegaran Manzanares y 'Granadino' (cuya papeleta sacó el mismo Ignacio del sorteo de Manzanares, una corrida a la que se presentó en sustitución de Domingo Ortega, accidentado en la carretera...), Ignacio Sánchez Mejías había presidido el Betis en esos 16 meses a partir de mayo de 1928 en los que impulsó decididamente el traslado del club al Stadium de la Exposición Iberoamericana de Heliópolis. Esto fue antes de dejar la presidencia de la entidad verdiblanca, en pleno remolino de enfrentamiento con la Federación Española: todo por la pretensión de fichar a los internacionales donostiarras Paco Bienzobas y Martín Marculeta... a los que también perseguía el Real Madrid. Como se ve, no han cambiado mucho los tiempos.

Como presidente del Betis, la actividad de Ignacio Sánchez Mejías resultó indesmayable: en tantísimas cosas, Ignacio era un visionario, un adelantado a su tiempo. A su marcha, en 1929, había sentado las bases para que el club se disparara hacia la final de Copa de 1931 (derrota 1-3 ante el Athletic) y hacia al ascenso a Primera, en 31-32. Todo ello iría pasando entre las presidencias de Daniel Mezquita, Camilo Romero y José Ignacio Mantecón. Polifacético y genial, Ignacio era presidente honorario de aquel Betis de los años 30. Con sus ideas, y además de escribir señaladas obras de teatro, hacía muchas cosas entre bambalinas: como la iniciativa para la formalización de los primeros contratos profesionales de los futbolistas españoles, de cara al diseño de la espectacular plantilla -el 'Betis de los vascos', de Unamuno, Lecue, Areso, Aedo, Urquiaga, Larrinoa...- que se coronó campeón de Liga en el 35, en Santander.

En 1929, Sánchez Mejias oficializó en Asamblea de Socios del club la compra de los terrenos en El Porvenir para las instalaciones deportivas del Frontón y el Tenis Betis -cuyas pistas de tenis, propiedad del R. C. T. Betis, se mantienen intactas hoy día en el mismo sitio, si bien lejos de la órbita de la sociedad futbolìstica-... y antes, el 19 de agosto de 1928, ya había organizado en la Plaza de la Real Maestranza la llamada 'Corrida del Betis', en que él mismo intervino junto a Alfredo Corrochano Miranda (hijo de Gregorio, el fundamental crítico taurino de ABC), Juan Belmonte y el rejoneador cordobés Antonio Cañero. Alfredito Corrochano, compañero de Ignacio y del propio Federico García Lorca en innumerables veladas en el Cortijo de Pino Montano, iba a reaparecer junto a Ignacio en un día tan crucial... como lo fue aquel infausto 11 de agosto en la Plaza de Manzanares.

"¿Por qué volvió Ignacio a los toros (después de haberse retirado)...?", se preguntaba el propio Alfredito Corrochano en excelente entrevista concedida a 'El País' (Alejandro V. García), en Granada: el 11-4-2000, sólo cuatro meses antes de su propia muerte. El propio Corrochano se respondía a sí mismo: "Ignacio fue un hombre que se cansó de gastar dinero. Al morir Joselito, Belmonte no tenía con quién torear y se pusieron de acuerdo. Pero Belmonte estaba más cuidado físicamente. Ignacio estaba demasiado gordo y la preparación (para reaparecer en el 34) fue dura: se ponía a cavar la tierra".

Corrochano había conocido a los dos grandes amores femeninos de Ignacio Sánchez Mejías: su propia esposa, Lola Gómez Ortega, hermana de Rafael y Joselito 'El Gallo' (es célebre la fotografía de un Sánchez Mejías roto ante el cadáver de su cuñado Joselito, en la enfermería de Talavera)... y también la bailaora y canzonetista Encarnación López, 'La Argentinita'. Testigo presencial de tanto drama, Alfredito Corrochano Miranda describía así en el año 2000 (ya con 88 años) aquel violento 'shock' de Manzanares, el 11-8-34: "La cogida fue ... tontamente. El toro no era malo", evocaba, 'estremecido', según 'El País'. "Cuando (Ignacio) cogió la espada y la muleta fue a dar un pase en el estribo. El toro se venía un poco para adentro. El banderillero lo advirtió: 'Tenga cuidado, maestro, que el toro aprieta para adentro'. Lo cogió entre las tablas y le atravesó el muslo. Yo hice el quite. Cuando lo cogieron iba muerto".

"Fui a verlo a la enfermería entre toro y toro. Dicen que las enfermerías están mal ahora. La de Manzanares tenía un bote de algodón, un cacharro de yodo y otro de agua. Y un médico muy simpático. '¿Cómo va eso?', le pregunté. 'No se preocupe', respondió Ignacio. Al día siguiente toreábamos ambos en Pontevedra. Yo dije de quedarme con él pero me animó a que siguiera a Pontevedra. 'Alfredo, si no vamos ninguno el empresario pierde la cabeza', me dijo. Estaba mal. Yo le ofrecí mi coche para que lo llevaran a Madrid, pero no, prefirieron mandar una ambulancia a Manzanares y luego de Manzanares a Madrid, a 50 grados. Aquello aceleró la muerte por gangrena".

Corrochano aún haría otro viaje histórico: y fue en compañía de Federico García Lorca, de quien era tan amigo como ambos dos lo eran de Sánchez Mejías. "La última vez que vi a Federico fue en el verano de 1936. Ambos tomamos en Madrid el Expreso de Andalucía. Yo iba a Baeza, a torear con un chico de Andalucía Baja que se llamaba Gallardo. Él, Federico, a Granada: a morir. Pero no lo sabía. Sí tenía un presentimiento de que algo muy grave iba a ocurrir. En el viaje hablamos de Ignacio, de los toreros, de Pérez de Ayala... Y Federico me dijo: 'Esto se está poniendo muy mal. Por eso me voy de Madrid". ¿Hablaron también de la enfermería de Manzanares y su bote de yodo...? Hoy, azulejos con líneas lorquianas recuerdan la tragedia en las mismas paredes blancas del patio de la Plaza de Manzanares.

Pero el 24-5-1929, el singular talento negociador y los múltiples contactos del presidente Sánchez Mejías ya habían generado otro acontecimiento vital para la historia del Betis: el primer partido que la entidad disputó en lo que entonces se conocía como Stadium de la Exposición Ibero-Americana, a las seis y cuarto de la tarde, contra los charrúas verdirrojos del Rampla Juniors de Montevideo (flamantes campeones de Uruguay en 1927), y con taquillas abiertas 'en el Teatro San Fernando', según cartel facilitado por J. A. Zancarrón y cuya imagen adjuntamos.

A partir del día del Rampla y hasta la cesión formal del estadio heliopolitano al Betis -el 16-7-1936- firmada por el luego fusilado alcalde Horacio Hermoso Araújo, el republicano (por poco tiempo) Betis Balompié jugaría en el recinto de Heliópolis de modo irregular -constan con certeza siete partidos, uno de Liga-, mientras mantenía su sede formal en El Porvenir, en el recinto del Patronato Obrero. En plena contienda civil, y hasta marzo de 1939, con la inauguración formal del llamado 'Estadio Municipal de Heliópolis' -que había caído en desuso y abandono al término de la Exposición Ibero-Americana, en 1930-, el Betis aun jugará partidos en el Patronato, aunque la adquisición formal del recinto de La Palmera no se iba a hacer oficial hasta que la asamblea de socios dio luz verde para ello al presidente Benito Villamarín:eso ya fue el 3-9-1960. En esas dos décadas largas, la sociedad verdiblanca invirtió muchos miles de pesetas en rehabilitar un Stadium colonial de 16.000 plazas que había caído en desuso deportivo, sólo para ser almacén de Intendencia y acuartelamiento de tropas.

Hasta la gran obra de Fondo y Preferencia de 1980, previa al Mundial español de 1982, existió una placa dorada en el Estadio de Heliópolis, tras el paso por la Puerta 1 de Preferencia y justo al pie de las escaleras de acceso a tribunas, que reconocía -remontándose a un acuerdo de Junta de 1932- cómo el Betis había estrenado en 1929 ese colonial Stadium de la Exposición Ibero-Americana de 1929, "siendo presidente Don Ignacio Sánchez Mejías". De aquella placa dorada, así como del cadáver de Federico García Lorca (fusilado el 18 de agosto de 1936)... nadie conoce el paradero.

'No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda... Aire de Roma andaluza le doraba la cabeza'. El 'Llanto' ('La Sangre Derramada'). Atávico, ancestral... y dedicado a 'La Argentinita'. Así soñaba y lloraba Federico García Lorca a Ignacio Sánchez Mejías en los meses inmediatamente posteriores a la muerte de Ignacio. Cuando acabó el verano de 1936, un torbellino incivil de sangre y rencor había engullido al propio García Lorca, a Horacio Hermoso, a los ganaderos de 'Granadino', Hermanos Ayala, y a los vascos del Betis, huidos al exilio. Bajo el mausoleo gallista de Mariano Benlliure, en el Cementerio de San Fernando. ahí reposa eternamente Ignacio Sánchez Mejías: junto a Joselito, su cuñado, el hermano de Lola Gómez Ortega. Pero a lo lejos y a las cinco en punto de la tarde, aún sigue viniendo la gangrena, 'trompa de lirio por las verdes ingles'...

Pues nos pone de vuelta y media, vaya imagen macho.

Cae en un análisis de muchos clichés, se envuelve del ambiente del palangana como local pero no me parece que sea irrespetuoso con el Betis, bastante descriptivo.

No es que sea irrespetuoso, es más bien que todo lo que expone (lo cual es cierto nos guste más o menos) lo hace desde el punto de vista sevillista, dándole siempre un toque más negativo de la cuenta.
Da la sensación de que se ha dejado guiar más por las opiniones sevillistas sin tener tanto en cuenta las béticas y eso al final ha quedado reflejado en el documental.

Pues nos pone de vuelta y media, vaya imagen macho.

Para nada creo que nos ponga de vuelta y media, siempre habla "entre comillas" de lo que escucha y dicen tanto en un lado como en otro. Ya quisieran las cadenas de TV que tenemos hacer reportajes como este. Aquí prefieren ver a Piqué como llega en una bici eléctrica.

Pues nos pone de vuelta y media, vaya imagen macho.