Érase una vez un empresario arruinado por sus problemas con el juego, sobre todo en el Casino del Aljarafe, donde era conocido por su asistencia nocturna a dicho local, en el cual gastaba cantidades importantes de dinero, con más mala fortuna que buena. Este problema lo venía arrastrando desde hacia bastante tiempo, pero con el capital de sus empresas y debido a que su popularidad todavía gozaba de algún prestigio, algunas personas le fueron dando crédito para que siguiera derrochando los dineros en el casino, noche tras noche. Pero hete aquí, que ya, ni incluso su postrera popularidad, por haber sido presidente de un famoso y simpático club de fútbol, le daba chance para que le prestaran dinero para su gran vicio que era jugar en todas las timbas importantes del mencionado casino, ya que no hacía frente a los pagos de los préstamos y la credibilidad era tan nula que se corrió como la pólvora por los círculos del juego de toda Sevilla.
Cuando su desesperación llegaba a límites insoportables, tanto dentro de la familia, como en círculos de amigos y conocidos, llegó el milagro en forma de proposición, por parte de un empresario ******* y cercado por la justicia, que necesitaba imperiosamente un títere-marioneta, para que se tragara todos los marrones al frente del mismo club de sus amores, a cambio de una suculenta suma de dinero, que le sería aportada mensualmente, con lo cual, podría pagar algunas deudas y seguir ejerciendo su ludopatía enfermiza por más tiempo, tampoco tenía que hacer tanto, sólo poner la cara e imagen a la presidencia y que pasara la tormenta judicial sobre su benefactor.
Sin dudarlo un minuto acepto la propuesta y comenzó a ejercer su mandato de una manera solemne y apelando a los colores de su amado club.
Pero como pasa en todas las cosas de la vida, lo que se intuía como un camino de rosas, gracias a lo impresentable de su mecenas, se tornó una senda larga y tortuosa de espinas, donde lo dejaba en ridículo, un dia sí y otro tambien, con lo cual su dignidad llegó hasta los límites más bajos, que cualquier ser humano pudiese imaginar, pero como su ludopatía era incorregible y necesitaba la paga mensual de su patrocinador, continuó tragando ruedas de molinos y sapos, faltando constantemente a su palabra y soportando estóicamente los insultos e improperios que le regalaba su afición, domingo tras domingo, porque la marcha del club había sido, no mala, sino pésima, y el culpable, todo el mundo sabía quien era, pero como este individuo no daba la cara, la impotencia de mucha gente se vertía sobre este desgraciado personaje, al cual ya no le quedaba ni una brizna de dignidad para efectuar una retirada airosa de tal situación.
Después de una salvación inextremis de su club al final de liga, todo el mundo esperó una reacción valiente y desesperada, apelando a su orgullo de hombre, pero de momento no se vió ningún cambio en su proceder....
Perdonad, pero se me ha acabado la inspiración y no puedo continuar con esta triste historia, pero no preocuparos, que dentro de muy pocos dias, me visitaran las musas y podré contar a todos el desenlace de este cuento, que para mayor información, cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia, sino más bien me he quedado corto.
Cuando su desesperación llegaba a límites insoportables, tanto dentro de la familia, como en círculos de amigos y conocidos, llegó el milagro en forma de proposición, por parte de un empresario ******* y cercado por la justicia, que necesitaba imperiosamente un títere-marioneta, para que se tragara todos los marrones al frente del mismo club de sus amores, a cambio de una suculenta suma de dinero, que le sería aportada mensualmente, con lo cual, podría pagar algunas deudas y seguir ejerciendo su ludopatía enfermiza por más tiempo, tampoco tenía que hacer tanto, sólo poner la cara e imagen a la presidencia y que pasara la tormenta judicial sobre su benefactor.
Sin dudarlo un minuto acepto la propuesta y comenzó a ejercer su mandato de una manera solemne y apelando a los colores de su amado club.
Pero como pasa en todas las cosas de la vida, lo que se intuía como un camino de rosas, gracias a lo impresentable de su mecenas, se tornó una senda larga y tortuosa de espinas, donde lo dejaba en ridículo, un dia sí y otro tambien, con lo cual su dignidad llegó hasta los límites más bajos, que cualquier ser humano pudiese imaginar, pero como su ludopatía era incorregible y necesitaba la paga mensual de su patrocinador, continuó tragando ruedas de molinos y sapos, faltando constantemente a su palabra y soportando estóicamente los insultos e improperios que le regalaba su afición, domingo tras domingo, porque la marcha del club había sido, no mala, sino pésima, y el culpable, todo el mundo sabía quien era, pero como este individuo no daba la cara, la impotencia de mucha gente se vertía sobre este desgraciado personaje, al cual ya no le quedaba ni una brizna de dignidad para efectuar una retirada airosa de tal situación.
Después de una salvación inextremis de su club al final de liga, todo el mundo esperó una reacción valiente y desesperada, apelando a su orgullo de hombre, pero de momento no se vió ningún cambio en su proceder....
Perdonad, pero se me ha acabado la inspiración y no puedo continuar con esta triste historia, pero no preocuparos, que dentro de muy pocos dias, me visitaran las musas y podré contar a todos el desenlace de este cuento, que para mayor información, cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia, sino más bien me he quedado corto.
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