Pero si yo no justifico a Suárez, hizo una barbaridad (repetida) y merece ser castigado, pero la FIFA lo ha usado como cabeza de turco para imponerse y recordar quién manda. Era un candidato ideal: mediático, por lo que la sanción daría que hablar y jugador de una selección sin el poder suficiente para poner en apuros a la FIFA (como podrían haberlo hecho Argentina o Brasil).

Lo de Suárez es una aberración, pero que apenas afectó a la salud de Chiellini y no se le deja ni entrar en un estadio a ver un partido de fútbol. Dicha medida no la vería mal si se aplicase me manera proporcional en situaciones parecidas, pero no es así: agresiones mayores pasan continuamente desapercibidas (ahí están los casos, posteriores a Suárez, de Matuidi o Zúñiga, que no han tenido ningún tipo de castigo).

En resumen, no critico la sanción de Lucho, critico que no se actúe igual con el resto de agresiones; o medimos al uruguayo con la vara habitual (unos pocos partidos de sanción) o creamos una nueva y mucho más radical a partir de su caso, lo que no se va a producir. Pero no podemos tener unos referentes para casos así y saltarnoslo cuando nos venga en gana sólo porque Suárez no nos caiga bien y la FIFA quiera reafirmar su autoridad.