Todavía temblando por el tercer gol de Edu, hoy lunes he entrado en la oficina con la sonrisa de oreja a oreja. El fin de semana ha sido magnífico, mis equipos han ganado. El de arriba y el que tengo en segunda provincial.
Pero echando la vista a las fotos que a buen seguro Pelu colgará en la magnífica fototeca de Betisweb me planteo las formas y los modos en los que muchísimos béticos ejercen su lealtad hacia el Betis.
La semana ha sido movida, movidísima. Y gracias a las múltiples manifestaciones que desde todos los ámbitos y cierta ayudita del Consejo Superior de Deportes hemos jugado en el campo del Betis. Pero me quiero acordar ahora de los béticos que se mueven por el Betis. La directiva ha hecho lo que tenía que hacer, así que mi agradecimiento, cuando se hace lo que uno tiene que hacer es lo que hay.
Por otro lado, he visto como muchísimos béticos (sí de esos destructores que tanto gusta hablar) tenían el motor caliente de su coche preparado para ir a Córdoba, a Madrid o a la Conchinchina si hiciera falta a defender al Betis. Se han movido toda la semana haciendo ejercicio de lealtad, moviendo Roma con Santiago para crear tifos, para hacer dentro de sus medios quejas e incluso algo más a la Federación, sin necesidad de pisar ni apuntarse tantos, simplemente Betis.
Y el primer asalto nos lo concedieron, suspensión cautelar, cosa que no significa que nos quiten la sanción, pero sí un respiro entre tanta incongruencia.
Y el sábado, unas horitas antes, allí estaban los béticos preparando sus cositas, su pequeña artillería mediática para expresar que, a pesar de todo, somos personas, que los béticos merecemos más desde todos los ámbitos, incluido nuestro propio club.
Y el sábado tocamos un poquito de cielo azul que lleva demasiado tiempo encapotado. Gracias a una segunda parte maravillosa aquello cambió. Todo el sufrimiento que tiene este Betis, a quien debemos esa lealtad, se olvidó por momentos, y ví como ya muy amigos míos, de esos que se les acusa de no querer ver ganar al Betis, saltaban, brincaban y se desgañitaban.

Hoy, más tranquilo, encuentro la verdadera dimensión de esos béticos que hacen un ejercicio de lealtad difícilmente entendible. Pues saben que el camino es el más difícil, pero es el correcto.
De ellos me quiero acordar hoy, porque disfrutaron el sábado, de esos béticos que se les insulta, de esos béticos que se les niega la palabra en su casa, de esos béticos que son perseguidos y vilipendiados, de esos béticos que quieren mucho a su Betis.
Gracias
Pero echando la vista a las fotos que a buen seguro Pelu colgará en la magnífica fototeca de Betisweb me planteo las formas y los modos en los que muchísimos béticos ejercen su lealtad hacia el Betis.
La semana ha sido movida, movidísima. Y gracias a las múltiples manifestaciones que desde todos los ámbitos y cierta ayudita del Consejo Superior de Deportes hemos jugado en el campo del Betis. Pero me quiero acordar ahora de los béticos que se mueven por el Betis. La directiva ha hecho lo que tenía que hacer, así que mi agradecimiento, cuando se hace lo que uno tiene que hacer es lo que hay.
Por otro lado, he visto como muchísimos béticos (sí de esos destructores que tanto gusta hablar) tenían el motor caliente de su coche preparado para ir a Córdoba, a Madrid o a la Conchinchina si hiciera falta a defender al Betis. Se han movido toda la semana haciendo ejercicio de lealtad, moviendo Roma con Santiago para crear tifos, para hacer dentro de sus medios quejas e incluso algo más a la Federación, sin necesidad de pisar ni apuntarse tantos, simplemente Betis.
Y el primer asalto nos lo concedieron, suspensión cautelar, cosa que no significa que nos quiten la sanción, pero sí un respiro entre tanta incongruencia.
Y el sábado, unas horitas antes, allí estaban los béticos preparando sus cositas, su pequeña artillería mediática para expresar que, a pesar de todo, somos personas, que los béticos merecemos más desde todos los ámbitos, incluido nuestro propio club.
Y el sábado tocamos un poquito de cielo azul que lleva demasiado tiempo encapotado. Gracias a una segunda parte maravillosa aquello cambió. Todo el sufrimiento que tiene este Betis, a quien debemos esa lealtad, se olvidó por momentos, y ví como ya muy amigos míos, de esos que se les acusa de no querer ver ganar al Betis, saltaban, brincaban y se desgañitaban.

Hoy, más tranquilo, encuentro la verdadera dimensión de esos béticos que hacen un ejercicio de lealtad difícilmente entendible. Pues saben que el camino es el más difícil, pero es el correcto.
De ellos me quiero acordar hoy, porque disfrutaron el sábado, de esos béticos que se les insulta, de esos béticos que se les niega la palabra en su casa, de esos béticos que son perseguidos y vilipendiados, de esos béticos que quieren mucho a su Betis.
Gracias
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