Según relata el excelente blog Yo jugué en el Sporting, Pier se vio seriamente afectado por un tejemaneje del dueño del Betis, Manuel Ruiz de Lopera. Os cuento: Pier jugaba en el Sporting de Gijón en 1995 y el verano de ese año, el Betis quiso ficharlo. El hispanoargentino tenía una cláusula de rescisión de 500 millones de pesetas. Para no hacer frente a ese pago, el Betis recurrió a la ayuda del Tenerife. El club canario tenía una opción de recompra de Pier por 200 millones de pesetas. La hizo efectiva y acto seguido vendió a Pier al Betis por 300 millones. Así, el Betis pagó menos por el jugador y el Tenerife se llevó 100 kilitos por hacer de intermediario. Pero el contrato de Pier con los asturianos tenía otra cláusula: Si Pier volvía al Tenerife para pasar a un tercer equipo, el hispanoitaliano tenía que pagarle 300 kilos al Sporting. Lopera le dijo a Pier que no se preocupara. Pero el Sporting acudiño a los tribunales. Entonces empezó una pelea legal que le produjo muchos dolores de cabeza a Pier, pero nada comparado con el dolor que le supuso ver cómo el Tribunal Supremo falló a favor de los gijoneses y condenó a Pier a pagarles 341 millones de pelas (lo que debía más intereses). El futbolista no podía afrontar este dineral y tuvo que recurrir a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que organizó algún que otro partido benéfico para ayudar a Pier. Finalmente, esta ayuda y una negociación con el Sporting (que agobiado por las deudas consintió en perdonarle a Pier la mitad de la deuda si se la pagaba inmediatamente) puso fin al asunto. Bueno, casi, porque luego Pier le exigió a Lopera los 156 millones que tuvo que pagarle al Sporting. Los tribunales le dieron a Pier la razón y el máximo mandatario bético tuvo que apoquinar. Vaya historia.
PD: Luego nos preguntamos porque ningun jugador que se va del betis, habla bien de el
PD: Luego nos preguntamos porque ningun jugador que se va del betis, habla bien de el
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