La viví en directo rodeado de gente a la que quiero muchísimo, tanto fuera como dentro del Calderón. En ese devenir copero habíamos estado en Cádiz y en Bilbao acompañando al equipo con sangre, dolor y lágrimas. Mi sentimiento con el paso del tiempo es la confirmación de una idea que ya barruntaba entonces mientras celebraba la victoria, y que se repetía en mi cabeza como "el Betis será lo que quiera Lopera que sea" de Serra en el AVE de vuelta; será nuestro título en la vida. Moriré sin volver a vivir no ya victorias de campeonato sino finales. No he querido volver a ver la final desde hace ya años, me pasó lo mismo con la de 1997 pero por motivos diferentes; en la del 97 lógicamente primaba la crueldad de una derrota que creía y creo inmerecida e inmensamente dolorosa, y en la de 2005 prima la sensación de pérdida de oportunidad histórica, de las que parecen no volver más, al menos para un club como nuestro Betis.
Por supuesto siempre tengo la esperanza de estar equivocado por un pesimismo que siempre me acompaña como mi sombra, luego veo al Betis modernizado e instaurado en la realidad de los clubes del XXI sin director deportivo, peor aún, con un narcisista empresario de videojuegos planificando deportivamente lo que pretendemos vender como uno de los trasatlánticos de España, y se me pasa.
Por supuesto siempre tengo la esperanza de estar equivocado por un pesimismo que siempre me acompaña como mi sombra, luego veo al Betis modernizado e instaurado en la realidad de los clubes del XXI sin director deportivo, peor aún, con un narcisista empresario de videojuegos planificando deportivamente lo que pretendemos vender como uno de los trasatlánticos de España, y se me pasa.
Comentario