¿Y nos quieres decir que los perdemos porque no le damos importancia? Es que es de chiste.

En el fútbol al final mandan los jugadores y las plantillas. Garra, intensidad y toda la parafernalia que quieras, pero esa pésima estadística no se explica en clave "veneno". A ver si ahora vamos a tomarnos el papelito del tribunero de Monchi o el teatro de Cristobal Soria como la clave del éxito.

Si tu equipo es mejor y juega mejor, entonces tiene más probabilidades de ganar y eso es lo que ha pasado en mucho de estos 21 años. Pensar que el Sevilla o el sevillismo se toma más en serio estos partidos es vivir en una realidad paralela.

Casualmente, con excepción de los nefastos años del descenso de 2010 (1-2) y 2014 (0-2 en UEL), nuestras victorias han sido años en los que el equipo ha competido bastante bien y acabó bien clasificado. Amén del 2018 que tuvimos ese 1-0 en la segunda o tercera jornada y el equipo se acabó cayendo.

No, no se trata de veneno, se trata más del rendimiento que ofrecen ambos plantillas.