Cuando uno llega al laberinto de casas, calles, plazuelas y bloques de piso de San Pablo muchos detalles saltan a la vista. La humildad del lugar, el carácter obrero de las gentes, lo alto y a la vez estrecho de sus recovecos. También llama la atención la falta de espacio familiar, casas que se quedan pequeñas tienen que sacar a la calle, desde un bajo, su colada a secar. Esta falta de espacio vital no se da en la casa de Paco.
Su salón es enorme, y eso que está en pleno corazón de San Pablo. Y del patio, no digamos, pueden correr galgos. Aún así, el salón de Paco no está cerrado para él y su familia, sino que además de ser una grandísima familia, tienen las puertas abiertas de par en par para hacer del salón el salón de todo el mundo. Confortable, está equipado para que nadie se sienta incómodo, para que entren y salgan desde niños a mayores. Incluso en la casa de Paco se organizan fiestas, reuniones, se ofrece el salón a otras familias por si su salón es pequeño o no lo tienen.
En definitiva, Paco, Juan, Antonio, Pepe, Carmen, José, Manolo, Joaquín, Arturo, Noelia, Jesú, Victoria, Carlos y un larguísimo etcétera de buena gente comparten y viven el salón más grande del Polígono de San Pablo, un salón que lleva décadas abierto a todo el mundo y que recibe por igual a todo el mundo. Un mérito que Paco siempre atribuye a su familia, como debe ser.
Ayer Paco recibió a muchas familias que venían a hablar de su comunidad, una comunidad que quiere movilizarse para que luzca esplendorosa. Pero parece que eso no gusta al que alquila los locales, pues no, Paco volvió a abrir su salón para que entrase aire verde y fresco. Aire Bético.
Su salón es enorme, y eso que está en pleno corazón de San Pablo. Y del patio, no digamos, pueden correr galgos. Aún así, el salón de Paco no está cerrado para él y su familia, sino que además de ser una grandísima familia, tienen las puertas abiertas de par en par para hacer del salón el salón de todo el mundo. Confortable, está equipado para que nadie se sienta incómodo, para que entren y salgan desde niños a mayores. Incluso en la casa de Paco se organizan fiestas, reuniones, se ofrece el salón a otras familias por si su salón es pequeño o no lo tienen.
En definitiva, Paco, Juan, Antonio, Pepe, Carmen, José, Manolo, Joaquín, Arturo, Noelia, Jesú, Victoria, Carlos y un larguísimo etcétera de buena gente comparten y viven el salón más grande del Polígono de San Pablo, un salón que lleva décadas abierto a todo el mundo y que recibe por igual a todo el mundo. Un mérito que Paco siempre atribuye a su familia, como debe ser.
Ayer Paco recibió a muchas familias que venían a hablar de su comunidad, una comunidad que quiere movilizarse para que luzca esplendorosa. Pero parece que eso no gusta al que alquila los locales, pues no, Paco volvió a abrir su salón para que entrase aire verde y fresco. Aire Bético.
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