Triste, frustrado, así quedó un futbolista cuyo sueño era jugar en el Betis. Era verano de 2012 y en el club del Paseo de la Castellana ponían trabas a la salida del protagonista de nuestra historia. Cuarenta partidos, toda una temporada, tienen que pasar para que el jugador cumpla el sueño.

En ese impass, su nombre seguía sonando. Un bético con pedigrí ensalzaba su futbol durante una comida. El gran Juan Antonio García Soriano, campeón de aquella Copa del 77, ahora desempeñando funciones en la secretaría técnica, no paraba de hablar de sus condiciones para el futbol, de su futura progresión, de lo que supondría el fichaje para el club. Stosic trabajaba en la sombra, maduraba una contratación que no era fácil. El actual finalista de la Champions, el Borussia Dortmund, también ponía sus ojos en él, un hombre de banda derecha, capaz de ocupar todo el carril y jugar tanto de extremo como de lateral.

Su palabra vale mucho y ésta se la había dado al Betis. Llega este verano y es uno de los fichajes de un equipo que regresa a Europa. Jugar competición europea y trabajar a las órdenes de Mel seducen a Juanfran Moreno. Loco por el Betis empezó a dar muestras de su estado muy pronto. Terminaba la temporada con el Castilla y, montado en el coche, ponía rumbo, a las cinco de la mañana, a Sevilla. No lo habían presentado aun pero él quería tener casa cerrada y a punto. Encuentra el hogar en Mairena del Aljarafe. Simpático, educado, soñador, no tarda en hacerse con una afición entregada a los encantos del "loco del Betis".Con unas ganas enormes de triunfo es presentado y ofrece titulares sorprendentes: "No cambiaría jugar en el Betis por hacerlo en el primer equipo del Real Madrid".

En el club alucinan en colores con Juanfran y sobre todo una semana antes de iniciarse la pretemporada. Su agente llama a las oficinas del Estadio Benito Villamarín por orden de su representado."Vlada, perdona que te moleste.....


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Nacho Vento