Los arbitrajes, sin poner ni quitar penales o goles en fuera de juego, hacen que los partidos cambien permitiendo tantas faltas y perdonando tantas tarjetas.
El Atlético no habría competido tanto y tan bien con Madrí y Barsa desde que está el Cholo si le hubieran arbitrado reglamento en mano. El Geta, lo mismo. No sé dónde andarían en la clasificación pero tan alto no.
Y ojo, que no les quito mérito de sacrificio físico, presión, concentración e intensidad. Pero con el reglamento en la mano... No es lo mismo ganar un partido 1-0 con 11, que jugar con 10 desde el minuto 50 con 0-0 por ejemplo.
El partido nuestro contra el Huesca es un ejemplo de esto. Independientemente de las tarjetas, el Huesca nos robó 10 o 12 balones con faltas que no señaló el árbitro en la primera parte. A partir del 35 o así empezó a pitarles las faltas que hacían y ya no salían corriendo tantas veces a nuestro campo a atacarnos porque el balón era nuestro de sus faltas y 'acabamos' el primer tiempo jugando 'bien' y sin sufrir. Ese partido fue un despropósito nuetro ojo, pero la primera parte el árbitro no nos dejó jugar porque eran faltas constantes que no nos pitaban y así no se podía jugar.
Vamos, que los árbitros influyen mucho y no hace falta que te piten un penalti que no es o que te quiten un penal.
El Atlético no habría competido tanto y tan bien con Madrí y Barsa desde que está el Cholo si le hubieran arbitrado reglamento en mano. El Geta, lo mismo. No sé dónde andarían en la clasificación pero tan alto no.
Y ojo, que no les quito mérito de sacrificio físico, presión, concentración e intensidad. Pero con el reglamento en la mano... No es lo mismo ganar un partido 1-0 con 11, que jugar con 10 desde el minuto 50 con 0-0 por ejemplo.
El partido nuestro contra el Huesca es un ejemplo de esto. Independientemente de las tarjetas, el Huesca nos robó 10 o 12 balones con faltas que no señaló el árbitro en la primera parte. A partir del 35 o así empezó a pitarles las faltas que hacían y ya no salían corriendo tantas veces a nuestro campo a atacarnos porque el balón era nuestro de sus faltas y 'acabamos' el primer tiempo jugando 'bien' y sin sufrir. Ese partido fue un despropósito nuetro ojo, pero la primera parte el árbitro no nos dejó jugar porque eran faltas constantes que no nos pitaban y así no se podía jugar.
Vamos, que los árbitros influyen mucho y no hace falta que te piten un penalti que no es o que te quiten un penal.
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