Es grave que sigan existiendo reventas alrededor del estadio. Y es grave si el club no se toma en serio este problema. Con imaginación se pueden identificar, se puede avisar, se pueden poner carteles avisando que comprar entradas a personal que no esté ubicado dentro del club puede ser objeto de estafa. Que se habilite una especie de certificado de autenticidad incluso de los viajes que surjan del club o de las peñas.
Eso no es complicado. He leido otra idea que también es válida, la de identificar entradas desde fuera con elementos tan fáciles de usar como tintas invisibles (tipo sellos discoteca) para comprobar la procedencia de las entradas. Y actuar de forma contundente con las prácticas que perjudican al club y a los aficionados.

Respecto de la distribución de entradas, en cuanto entran en el club pasan a formar parte del patrimonio de éste. Como tal, es responsabilidad del club hacer que esa distribución responda a la demanda que el beticismo en general genera. Y ojo, el beticismo somos todos, pero no por ello signifique que la igualdad a la hora de conseguir entradas sea la mejor. Porque al igualar a la baja no se alienta a que el socio o peñista, seguidor más fiel o visto de otra manera, mejor cliente, se sienta importante a la hora de fidelización al club.

Con esto se perjudica a quien no se pueda sacar el abono? Obviamente sí, pero también es cierto que hablamos de entradas patrimonio y responsabilidad del club para un partido en otro campo y ante el rival titular de ese campo. Supongo que el que se sienta perjudicado entenderá la cantidad de partidos que existen en el propio campo del Betis para elegir y asistir.

Aquí entramos en los aficionados de fuera, que se les puede perjudicar en su asistencia. Ya de por sí se les perjudica a la hora de que no pueden acceder, por ser de fuera, a la propia cola, por lo que es complicado. Pero también es verdad que el club tiene un poco olvidado (espero que para la temporada que viene exista) el carné de aficionado, que dé privilegios de socio (como el número) y acceso a un número limitado de partidos. Ideal para el aficionado externo.

Pero sobre todo el club debe articular un sistema que se transforme en una regla ampliamente conocida, que no cambie a capricho en cada partido y que recoja todas las variantes posibles que se pueden dar en el acceso a entradas en otros campos. En esta regla se debe privilegiar al socio y peñista por lo ya expresado antes. Obviamente es una temeridad que cualquiera pueda sacar 4 entradas. Es una temeridad porque la universalidad del reparto se contrae, no siendo lo habitual que alguien compre 4 entradas a no ser que tenga otras motivaciones que las propias de ir a un campo de fútbol. Repito, debe privilegiar porque son los que sostienen en mayor medida no sólo el lado económico del abono (eso sería una estupidez si se considera sólo por ese lado) sino otras muchas actividades que nos mantienen unidos al club.

Lo dicho, con unas reglas sólidas, aprobadas, de amplia publicidad y que abarque todas las posibilidades posibles, el socio, peñista, aficionado bético o aunque fuese del Osasuna, sabría a qué atenerse y tendría claro cómo conseguir estas entradas, entre otras cosas.

Mientras las normas para conseguir esas entradas se conozcan poco tiempo antes y varíen a cada vez sólo se conseguirá que el bético tenga siempre un colectivo perjudicado.