Finalizo la temporada 2018/19 para el Real Betis FS, una temporada que comenzaba en el mes de septiembre con un equipo renovado compuesto por jugadores de la campaña anterior y nuevas incorporaciones con dilatada experiencia en la elite del futbol sala nacional. Juventud y veteranía en busca de un objetivo como el ascenso a primera división.
Posiblemente la mejor plantilla de segunda división, estaba confeccionada para ascender a la máxima categoría por la vía directa como campeón de liga pero se encontró a un gran Pescados Rubén Burela que desde el principio demostró que iba a ser el principal rival a batir.
Con el transcurso de la competición y en vista de los resultados de ambos equipos se hacía inevitable la victoria ante los gallegos en alguno de los dos encuentros que disputarían en liga, todo hacía presagiar un final de competición apasionante entre ambos conjuntos. Llegaba el primer partido ante los gallegos en Amate en el que el Real Betis FS perdía el primer encuentro de liga ante su rival directo por 3-5, empezaba la pérdida de puntos y gol average ante el que a la postre sería el campeón de liga certificado en el partido de vuelta donde los verdiblancos volvieron a perder por 5-4.
El Real Betis FS desplegaba un juego solido basado en una defensa férrea y un ataque letal que lo convertiría en el equipo más goleador y el menos goleado de la liga. Paradojas de la vida, un conjunto con números de primera pero en el que los errores propios más que los aciertos de los rivales impedían acercarse a un líder de la categoría que se mostraba intratable.
Encuentros como los de Noia, en los que primero un empate de los gallegos a falta de pocos segundos y la derrota a domicilio ante un conjunto que se encontraba en puestos de descenso, así como los tres puntos perdidos en casa ante Santiago, marcaron el devenir de la trayectoria de los de Daniel Ibañes en la lucha por el ascenso.
Burela conseguía mantenerse como líder de la clasificación a pesar de la presión del Real Betis FS que resistía el acoso de sus inmediatos perseguidores como Mengibar y Manzanares, se acercaba el final de liga y los verdiblancos perdían toda esperanza de conseguir la plaza que otorgaba el ascenso directo y debían conformarse con luchar por los puestos de playoff.
Tras obtener la plaza matemáticamente, el objetivo se centraba en conseguir la segunda posición que daba derecho al factor cancha, una ventaja a priori que como se demostraría después no es sinónimo de ascenso.
Tras su victoria en la última jornada frente a Gran Canaria, el Real Betis FS certificaba el subcampeonato de liga y la ventaja del factor campo para los playoff. Todo estaba de cara para los verdiblancos, a todas luces eran el rival a batir para conseguir el ascenso, todos apostaban al verde y con esa euforia llegábamos a los playoff, ya no tenía valor lo acontecido en la liga regular, ahora había que dar el todo por el todo, el Real Betis FS se enfrentaba al último clasificado de los playoff en semifinales, el Cordoba CF Futsal, al mejor de tres encuentros, el primero de ellos se disputaría en Vista Alegre donde los verdiblancos ganaron el partido con apuros, San Pablo se vestiría de gala con más de 5.000 espectadores para recibir a los blanquiverdes en lo que sería una fiesta que enviaría al conjunto local a la final de los playoff, nada más lejos de la realidad, en un encuentro donde se desperdiciaron múltiples oportunidades acompañados por errores arbitrales, el Córdoba forzó el tercer y decisivo partido, donde el Betis fue muy superior pero no supo sentenciar dejándolo todo a la suerte de los penaltis, viendo truncado en los lanzamientos de pena máxima el paso a la final y por consiguiente la posibilidad de estar la próxima temporada en primera división de la LNFS.
La gloria de una temporada impecable queda en nada si no se cumple el objetivo marcado, a pesar de toda la lucha y entrega que se haya podido demostrar durante todo el campeonato. Esto es lo cruel de este deporte, pero también sabemos que lo que te quita ahora, te lo dará en el futuro. El Real Betis FS está forjando sus cimientos, creando una estructura en el mundo del futbol sala, hay que aprender de los errores para poder tener un mañana, al equipo con más presupuesto de segunda división no le valoraran las victorias porque entenderán que están obligados a conseguirlas y sin embargo le recriminaran las derrotas por esa misma condición.
El fracaso no es vergüenza, es aprendizaje; la verdadera vergüenza es no levantarse de nuevo.
