El beticismo en masa se reunía en su templo para homenajear a su mito y leyenda, Joaquín Sánchez Rodríguez, que ha decidido colgar las botas. Una velada en la que los sentimientos estuvieron a flor de piel de principio a fin. No es común ver hoy en día una expresión de cariño tan grande y de respeto tan unánime hacia un futbolista. La afición del Betis puede y debe estar orgullosa: por cosas como esta es la más grande del planeta.
Para entender la dimensión del homenajeado, recordemos que ha vestido la elástica verdiblanca en 528 ocasiones, anotando 66 goles. En total, ha jugado 914 partidos oficiales en casi un cuarto de siglo de carrera. Con 622 apariciones en Liga española, ostenta el record junto a Zubizarreta (record que hubiera pulverizado de no haber jugado dos años en Italia – 71 partidos y 7 goles con la Fiorentina). Además, cuenta en su haber con 51 internacionalidades con la selección absoluta española, incluyendo participaciones en los Mundiales de 2002 y 2006 y en la Eurocopa de 2004.
El beticismo es una familia con valores y honra a sus leyendas. Lo único que está a la altura de la figura Joaquín es la afición que siempre lo apoyó, y que llenó el estadio hasta la bandera para agradecerle por tanto. Una afición que aprecia a un futbolista que ha enarbolado el Manquepierda como nadie. Un mito aplaudido en cada campo que ha visitado. Una persona que ha alegrado y emocionado al mundo entero.
El homenaje fue una fiesta completa: la música electrónica, Eva González y Niña Pastori amenizaron la previa. Por supuesto, la velada incluyó un partido de fútbol en el que un combinado de jugadores históricos del Real Betis se enfrentó a otro de Leyendas, futbolistas amigos del homenajeado que no dudaron en darse cita para disfrute de los 59621 espectadores presentes, record de asistencia histórico en el Villamarín. Ricardo y Lucas Sánchez, hermanos de Joaquín, también tuvieron sus minutos en el partido.
El himno cantado a pleno pulmón con un mosaico formado con camisetas con el dorsal 17 dio la bienvenida a los futbolistas, que se entregaron a la causa. Hubo ovaciones especiales para muchos de los que saltaron al campo, pero Dani Ceballos y Rubén Castro se llevaron los mayores aplausos.
Respecto al partido, Pellegrini y Camacho dirigieron a ambos equipos mientras Iturralde González impartía la justicia arbitral. El choque tuvo dos mitades de 40 minutos cada una.
La fiesta fue total. En la primera parte, un Denilson estelar detuvo el tiempo 15 años atrás. Sus bicicletas y regates levantaron al público. Ricardo Oliveira vivió un particular duelo con Iker Casillas, en el que el mostoleño le sacó dos mano a mano.
El equipo de Leyendas se adelantó en el marcador gracias a una gran jugada de Santi Cazorla, que sentó de un regate a Juanito y a Rivas y con otro hizo lo propio con Toni Doblas. El 0-1 del minuto 26 hizo reaccionar al Betis. Marcos Assunçao se echó el equipo a su espalda y los verdiblancos remontaron rápido: el protagonista de la noche, Joaquín, hizo un doblete y Oliveira se desquitó con el tercero. Se llegó así al descanso con el marcador anecdótico de 3-1.
En la segunda parte, carrusel continuo de cambios y el momento especial: en el minuto 17 de este segundo tiempo Joaquín abandonaba definitivamente el fútbol, siendo sustituido por Guardado. En su camino al vestuario emoción con compañeros y, sobre todo, con su familia.
Sobre el césped, Nolito recortaba distancias para las Leyendas en el minuto 68 pero uno después Rubén Castro volvió a las andadas anotando un gol marca de la casa.
A continuación, dos golazos más, uno por cada bando: Juanmi a la escuadra y Nolito desde lejos pusieron el 5-3 en el marcador.
Y para terminar, un mítico fin de fiesta con un Marcos Assunçao que volvió al campo desde el banquillo para lanzar por dos veces una falta directa. A la segunda el balón entró, el gol valió porque hoy no había reglas. Pepe Reina, portero rival, celebró el tanto como propio.
Tras el saque, Sergio León marcó su gol para las Leyendas y el partido terminó con un entretenido 6-4.
Con el pitido final, más fiesta y comunión entre Joaquín, el resto de futbolistas y la afición.
Se retira de los campos un futbolista que ha trascendido el deporte. Un ser humano que nos ha enseñado una lección: nos ha enseñado que la vida, como el Betis, hay que vivirla al máximo. Eso no se negocia.
Nos ha enseñado que el Betis es la vida. Y Joaquín es el Betis.
Hasta siempre, mi capitán.