El Real Betis viajó este sábado a Madrid con la tranquilidad de ya tener la permanencia en la categoría amarrada, pero con los mismos fantasmas después de esta catastrófica temporada. Actitud no les faltó, pero se necesitaba algo más para enfrentarse a un Atlético que, aunque no merecía la victoria, acabó llevándose los tres puntos que certifican definitivamente su billete para la Champions League.
Alexis Trujillo hizo hasta seis cambios en el once que le dieron resultado. El poner a Guido como pivote y darle libertad a William Carvalho fue fundamental para romper líneas. Pero también se vio a un Canales y a un Fekir con mucha movilidad.Todo ello surtió efecto, pues el Betis consiguió plantarle cara a los del Cholo Simeone, que, los primeros minutos, parecía que habían salido a morder.
En la primera mitad, a los verdiblancos se les notó la tranquilidad de ya tener la permanencia en sus manos, se les vio mucho más cómodos, compitieron de tú a tú y gozaron de unos de sus mejores minutos. Es cierto que fueron los rojiblancos quienes penetraron la portería de Dani Martín hasta en dos ocasiones, pero de poco les valió. El primer tanto fue de Correa, quien se encontró el balón en el área y lo aprovechó, pero fue anulado por mano. El segundo, de Morata, pues disparó a placer después de pillar a la defensa del Betis totalmente descolocada, pero tampoco subió al marcador por fuera de juego. Por otro lado, también surgió algún que otro contratiempo, pues Guardado y Trippier tuvieron que abandonar el terreno de juego por molestias.
La actitud del Betis se mantuvo en el segundo tramo y, de hecho, todo se le puso de cara con la expulsión Mario Hermoso, que dejaba con tan solo 10 hombres en el campo al Atlético. Sin embargo, los de Alexis Trujillo, lejos de aprovechar esa superioridad numérica, acabaron pagando los fallos que se han estado viendo durante toda la temporada. Entre la ocasión perdonada por Loren y las continuas llegadas con tan poca chispa arriba, sumadas a los fallos defensivos, se acabó decantando la balanza a favor de los locales. Carrasco colgaba una falta al área y Diego Costa, al no estar cubierto por ningún rival, de un testarazo mandaba el esférico al fondo de la red.
Con este triunfo, los colchoneros ya han conseguido su objetivo: meterse definitivamente en Champions League. Los de las trece barras también cumplieron el suyo, que en estos últimos duelos es demostrar honor y dignidad, pero tantos fallos necesitan soluciones y mucho trabajo. Ya solo quedan dos citas para hacer borrón y cuenta nueva para ponerse manos a la obra con la siguiente campaña.