 
1 - 1Tiempo completo |
0-1 | 38' Bakambu | |
| T. Kaneko 58' | 1-1 | |
| Colegiado: Urs Schnyder | ||
| VAR: Fedayi San |
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El Real Betis dijo adiós a Europa en Croacia en la ronda de dieciseisavos de final ante un rival, el Dinamo de Zagreb, que se había llevado un buen botín de Heliópolis hace una semana al ganar por 0-1. Era remontar o morir, y el Betis simplemente no estuvo a la altura.
Entre lesionados, sancionados y excluidos de la lista europea Pellegrini tenía muy pocas opciones para el once inicial. Así fueron de la partida Rui Silva en portería, Ruibal y Miranda en los laterales con Chadi Riad y Marc Roca de centrales, como eje en el centro del campo Carvalho y Cardoso, mientras Abde, Assane Diao y Fekir formaron en la línea por detrás del delantero Bakambu. Es decir: 6 titulares repitieron condición respecto al partido anterior contra el Alavés.
Si la alineación titular estaba cogida con pinzas, aún más lo estaba el banquillo: Claudio Bravo, Bellerín, Rodri y Willian José junto a un grupo de 4 canteranos formaban el resto de disponibles.
Con estas armas se presentó el Betis en el estadio Maksimir en la capital de Croacia, con una de sus gradas aún no disponible desde el terremoto de 2020. Así, algo más de 20000 espectadores asistieron al partido, de los cuales unos 500 eran aficionados béticos.
La primera mitad fue un tercer tiempo del partido de ida. El Betis tuvo la mayoría de la posesión del balón pero sin moverlo con un mínimo sentido. No parecía haber ningún plan de ataque, y solo alguna internada inicial de Abde generaba algo de inquietud. Si había urgencias por remontar, se disimulaba muy bien.
Poco a poco el equipo local, que apenas opuso orden y poco más, vio que subiendo la intensidad podía hacer daño como en la ida. Así, su delantero Petkovic, el jugador más destacado, bien pudo abrir el marcador primero en una falta lejana bien despejada por Rui Silva y luego en un remate al palo en el que la defensa bética se quedó mirando.
El centro del campo no existía y los croatas lo aprovechaban para atacar por bandas, aunque tampoco iban sobrados de precisión.
Pero el fútbol es un deporte de errores, y el Dinamo cometió uno: un fallo en la defensa croata, que no despeja un balón largo fácil a la banda, acaba con la pelota en pies de Ruibal. El catalán se interna en el área y sirve un caramelo de pase que Bakambu taconea a la red. El delantero congoleño, que había sido una isla hasta el momento, estuvo en el momento justo en el lugar adecuado, como los buenos atacantes. El Betis se encontró así con el 0-1 en el minuto 38 sin merecerlo ni casi buscarlo
Con este gol psicológico terminó un primer tiempo aburrido, la eliminatoria se iba igualada a túnel de vestuarios.
De cara a la reanudación, Pellegrini cambió de delantero: Willian José sustituyó a Bakambu, que tuvo que dejar el partido con presumibles molestias físicas.
La segunda parte empezó más movida. El Betis olió sangre e intento atacar al fin. Justo en la primera jugada Abde se interna en el área y le pone un pase a Fekir que remata sin alma. Poco después, Willian José también enganchó mal el balón desde cerca, mientras el Dinamo lo intentaba con algún disparo lejano.
Pero al cuarto de hora los de Pellegrini le devolvieron el regalo al equipo croata. Una serie de errores en cadena propician un centro desde banda izquierda al área que Miranda y Ruibal no atacan, y Kaneko solo tiene que empujar la pelota a la red. El jugador japonés ponía las tablas en el marcador a la hora de partido y hacía justicia a lo visto sobre el campo.
Con el Betis por detrás en la eliminatoria Pellegrini decidió mover ficha, dando entrada a Bellerín por un inoperante Diao, y poco después a Rodri por Ruibal.
La cosa, lejos de mejorar, se volvió más delicada. El Betis intentaba buscar a Fekir, pero el Dinamo le dedicó un marcaje especial y el francés jamás supo aprovecharlo para descargar el juego a sus compañeros. Por si fuera poco, el Dinamo seguía con sus zarpazos y en unos de ellos una entrada de Bellerín en el área es castigada con penalty. Sin embargo, el árbitro revisó y rectificó. El VAR le daba una vida extra al Betis.
Pero dio lo mismo. Los de Pellegrini no sabían cómo atacar ni qué hacer con el balón. Jamás dieron la sensación de saber, querer ni poder crear ni siquiera inquietud a un equipo que se limitaba a estar atrás con orden y tensión, mucha más tensión que el Betis.
El partido murió poco a poco con una enorme sensación de impotencia de toda la parroquia bética, que no se explica cómo un equipo del nivel que se le presupone a los verdiblancos ha perpetrado una temporada en Europa tan lamentable, rematada en una eliminatoria esperpéntica. El resultado final de 1-1 certificó la salida de Europa por la puerta de atrás.
Un equipo eliminado de la Copa del Rey por el Alavés y de Europa por el Dinamo de Zagreb no puede sino avergonzarse de una temporada que apuntaba a ilusión.
El domingo se recibe al Athletic de Bilbao en la única competición que nos queda ya. Aunque la realidad es que para actuar de esta manera en Europa, quizás dé lo mismo clasificarse o no.
