Insistió Quique Setién en la rueda de prensa previa al partido de este domingo ante el Valladolid -20.45 horas en el Villamarín- en que el gol no es exigible, que insistir mediáticamente en los pocos goles convertidos en este arranque liguero pondrá más nerviosos a los delanteros, ya de por sí con la pólvora bastante mojada. Tal vez tenga razón Setién y aún así hay que exigirle a este Betis que marque goles al ritmo del fútbol preciosista que practica. Ante el Valladolid muchos béticos no se molestarían si su Betis tocase menos la pelota y llegase con más rapidez arriba.
De todos modos si algo ha demostrado Setién es que es terco e insistente. Entiende el fútbol de una manera y trata de que sus jugadores crean en él. Mientras tanto el Betis, en la parte alta de la tabla y muy cerquita de los puestos europeos, recibe a una Valladolid que ha iniciado su temporada del regreso a Primera de una forma brillante, con doce puntos (los mismos que los de los verdiblancos) aunque con un esquema muy distinto y una filosofía antagónica. Saltan este domingo al tapete de Heliópolis dos escuadras muy diferentes. Una, la local, que busca defenderse con el balón, volver locos a los jugadores rivales y aprovechar sus despistes para llevarse los tres puntos. Y otra, la vallisoletana, que intentará robar la pelota lo más cerca posible del área bética y salir con rapidez en busca del gol.
Para que el plan de Setién salga bien el Betis saldrá este domingo con Pau López en portería y la ya consabida línea de tres centrales, formada por Sidnei, Mandi y Bartra. La ausencia de Guardado por lesión invita a pensar que Carvalho recuperará un sitio en el once escoltando a los dos carrileros, con Junior fijo en la izquierda y Barragán con opciones de volver a vestirse de inicio en la diestra. Inui, Lo Celso, Canales y Boudebouz pelean por tres sitios en la mediapunta, donde de verdad hay que estar precisos en el pase final. Arriba es toda una incógnita si Loren repetirá o Sanabria le quitará el puesto.
